EL ALCALDE PEDÁNEO REPUBLICANO DE CASTROPODAME
Mi abuelo materno José Tercero Fuente fue el Alcalde Pedáneo de Castropodame durante la II República. Tengo que señalar que esta circunstancia y al menos hasta donde yo se no le supuso ningún tipo de represalia por razones políticas; en todo caso sólo algún susto.
Yo le recuerdo como un hombre que andaba torpemente (fue cojo al parecer desde la infancia por un accidente que tuvo saltando la Fuente del Concejo) y que a veces al menos tenía “malas pulgas”. Pero sobre todo lo que más recuerdo de él es que siempre tenía periódicos en su casa. Le gustaba por lo visto saber y enterarse de todo lo que ocurría en el Mundo. Incluso recuerdo vagamente haberle oído hablar de Napoleón Bonaparte y de sus campañas bélicas en Rusia (alusiones a Moscú y San Petesburgo). En aquellos años (en torno a 1965-66) a mi de la prensa me interesaba sobre todo el fútbol. Todos los niños de la escuela de Castropodame, queríamos ser como Gento, Amancio, Pirri y otros jugadores del Real Madrid. Todo ello ante el disgusto del maestro D. Felipe Sánchez Castro que veía con desagrado como nos preocupábamos más del fútbol que de los quebrados o los verbos.
Los periódicos que le llegaban a mi abuelo solían venir con retraso. Al parecer se los enviaba desde Madrid una tía mía (Rufina Tercero); que trabajaba en un hotel y que al recogerlos día tras día en vez de enviarlos a la papelera se los enviaba al pueblo a mi abuelo. Las noticias llegaban pues con algunos días de retraso pero como creo que el mismo decía, “para el eran nuevas” y no le faltaba razón pues en aquellos tiempos creo que sólo había en el pueblo una televisión, la del Sr. Cura ¡¡como no¡¡ y aunque si debía haber varios receptores de radio, las noticias no corrían tan deprisa como en nuestros tiempos. Tanto le gustaba leer la prensa a mi abuelo que cuando mi madre iba a Bembibre le encargaba con insistencia que le trajese algún periódico. El Ya, el Pueblo o el ABC, eran los que solía pedir. Todavía mi madre se acuerda de ello aunque nunca ha mostrado gran interés por la prensa.
Esta inquietud por leer de mi abuelo también se extendía al campo de la escritura. En aquellos tiempos eso de escribir novelas o artículos era considerado poco menos que una pérdida de tiempo. “Eso no da de comer” dirían la mayoría de los vecinos; pero mi abuelo se pasaba horas, si no escribiendo novelas, ni artículos periodísticos si redactando documentos en los que se hacía una detallada relación y características de las fincas que tenía. Todavía conservamos esos escritos en la familia y es curioso como a veces tras la redacción de lo que realmente importaba ( datos de las fincas);añadía la siguiente frase: “Dios nos de salud y suerte a todos”. En otra ocasión dejó un escrito sobre un hijo suyo que desapareció al parecer en los turbulentos años de la II República y del que jamás hemos vuelto a tener noticia cierta y fidedigna. En este escrito alude mi abuelo a la cuestión y a algunas gestiones que tuvo que hacer en Ponferrada en relación con este asunto.
Yo conocí los escritos de mi abuelo cuando este ya había fallecido. Ya he dicho que cuando era niño me interesaba básicamente la prensa deportiva (fútbol) y descubrí que junto a datos que sólo interesan a la familia, había bastantes otros que hacía referencia a la administración local (Castropodame). En realidad, eran una mezcla de viejos documentos de carácter personal y de interés familiar (relaciones de fincas y datos similares que mi abuelo había heredado de sus antecesores) y algunos de la administración local. Estos documentos tras fotocopiarlos, los he ido entregando a la Junta Vecinal de Castropodame, pues entiendo que es quien debe encargarse de su custodia. Me llenó de asombro ver una especie de sello (una póliza) en la que se leía claramente II República Española. Había más viejos papeles e incluso uno (el más antiguo), del año 1830. Nunca había visto yo un documento tan antiguo. Hablaba de algo intrascendente: una finca que se había vendido o cambiado a cambio de un ternero; pero la antigüedad del documento me lleno de asombro. Fue a partir del descubrimiento de esos viejos papeles de mi abuelo cuando me entró la afición a la Historia. Yo debía tener entonces unos 20 años.
A partir de entonces emprendí una carrera imparable. Aunque lo que estaba estudiando en Madrid era Geología me empecé a interesar por la Historia. Acudí a la Biblioteca Nacional y empecé a buscar con ahínco libros que tuviesen datos sobre la Historia de Castropodame. Estudiar Geología era para mi una obligación; pero la Historia era una devoción. Cuando terminé la carrera de Ciencias Geológicas mi afán por descubrir la Historia de Castropodame estaba ya mas que claro.
Puesto que tras finalizar la carrera (y el Servicio Militar) fijé mi residencia en Castropodame (en casa de mis padres); continué con el asunto de la Historia Local. Algunos años antes ya me había fijado en los viejos escudos que hay en la conocida como Casa Solariega y en otro que había y hay en la Fuente del Concejo. Este último esta esculpido en una roca (arenisca del Carbonífero) y con la cara donde se halla grabado en posición horizontal y en la parte superior. Entonces aún era frecuente ver a mujeres lavando en la fuente y llenando pesados recipientes metálicos de ropa (baldes) que apoyaban sin el mas mínimo reparo encima de la cara de la piedra con el escudo esculpido. Era evidente que de ese modo se deterioraba la grabación cada vez más. La piedra originalmente debía estar en posición vertical, pero al parecer accidentalmente (por un camión) fue derribada y nadie se preocupó de ponerla en su posición normal, donde además estaría protegida de las raspaduras de los baldes llenos de ropa.
Un día le dije al Sr. Alcalde del Ayuntamiento (Sr. Andrés) que era conveniente ponerla en pie. Creo recordar que no le dio importancia alguna al tema. Para la inmensa mayoría de los vecinos aquello no era mas que una piedra. Lo mismo comenté al Sr. Alcalde del Pueblo; (Sr. Ángel) y este si se mostró muy decidido a tomar medidas, pero los días pasaban y pasaban y la piedra seguía caída. Hasta que un día yo cogí una insignificante cantidad de argamasa y no se si con ayuda de un hermano mío la colocamos en su posición correcta donde aún continua. Esta piedra tiene grabado el que hasta el siglo XIX fue considerado el Escudo de España. Hoy esos dos castillos y dos leones representan únicamente a la Comunidad Autónoma de Castilla y León, pero esto es muy reciente como es bien conocido.
Por aquellos años el que entonces era Sr. Cura del pueblo (D. José Antonio) me enseño unos viejos libros y otros documentos hallados en la antigua Casa del Cura y además en la Casa Consistorial de Castropodame (en el año 1983 o quizá antes incluso) hallé una nada desdeñable cantidad de viejos documentos. En general eran del siglo XIX; pero también los había de los siglos XVI-XVII y XVIII. Un viejo libro de visita de términos, dos tomos del Catastro de Ensenada y unas Ordenanzas locales del año 1779, son entiendo los documentos más interesantes; pero como he dicho hay muchos otros del siglo XIX esencialmente, tantos que tras clasificarlos y empaquetarlos llenan 30 cajas archivadoras (similares a las que existen en el Archivo Histórico Nacional, por ejemplo). Forman una parte esencial del Archivo Histórico Municipal de Castropodame. Aunque no está bien auto alabarse si no hubiese sido por mi quizá toda esa documentación habría ido a parar a la basura o a manos de algún “listillo” que la hubiese recogido para si, en vez de destinarla al conocimiento general del vecindario.
En 1983 yo entré en la política local (Alcalde Pedáneo y posteriormente Concejal del Ayuntamiento) y entonces tuve ocasión de trabajar aún mas intensamente por la conservación de la historia de Castropodame;…pero es ya otra historia. Ahora quizá y como conclusión debo señalar que entre todo lo que heredé de mi abuelo materno, quizá el afán por la lectura, la escritura y el afán por saber sea lo más importante.
Madrid, 10 de enero de 2.018
Rogelio Meléndez Tercero