HISTORIA DE LA CASA
DEL CURA
LOS ORIGENES
Los datos mas antiguos que conozco sobre esta casa se remontan a los años finales del siglo XVI. En concreto a un acta de un concejo público que tuvo lugar el domingo día 5 de julio de 1598 “a la salida de la misa mayor” y “junto a las casas del curazgo”. Era en aquella época párroco Antonio Parragués un sacerdote que estuvo en el pueblo desde 1562 a 1599. Murió, ya avanzada la jornada del jueves 26 de agosto del ultimo año señalado a consecuencia de una epidemia de peste que asoló aquel verano el lugar; pero parte de su legado aún se conserva en el pueblo. La célebre Cruz Procesional del Corpus es parte del mismo.
Al fallecer este cura alguna de sus pertenencias, se halló en “la casa del curazgo”; lo que parece indicar que no vivía en ella. Es muy posible que así fuese. En aquellos años eran varios los clérigos, que de modo regular ejercían su labor en Castropodame.
EL SIGLO XVII
A lo largo del siglo XVII y al menos hasta la fecha, no he logrado rescatar datos de interés sobre esta casa, aunque lógicamente si hay muchos sobre diversos curas que ejercieron su labor en el pueblo. Quizá cabría destacar a dos: a Paulo García (inicios del siglo), fundador de la Fiesta de S. Antonio que aún se celebra todos los años y al licenciado Diego de Caneda (mitad de siglo), en cuyo tiempo se pintó el retablo del altar mayor. El aspecto de la iglesia que aún podemos contemplar es debido en parte a este sacerdote; que además tiene una estrecha vinculación con otro cura que aunque no ejerció su labor en nuestro pueblo, si no en la parroquia de S. Juan Bautista de la ciudad de Valladolid; era natural de Castropodame y también hizo donaciones a la iglesia que han perdurado hasta nuestros días. Me refiero al bachiller Antonio de Quiroga y Losada. Su recuerdo aún permanece en el altar que se halla justamente a la derecha del altar mayor, (mirando de frente). Por si fuera poco este cura que por lo visto se llevaba muy bien con el vecindario de Castropodame y que debía estar orgulloso de sus orígenes, escribió un extenso libro que tuvo al parecer mucho éxito en su época. La primera edición apareció en Valladolid en el año 1691 y la última en 1748 en Madrid. Aunque su contenido es una larguísima (y quizá aburrida para nuestra época) disertación sobre cuestiones religiosas, tuvo el detalle de hacer constar en el inicio del libro que era “natural de la Villa de Castro Pédame, tierra del Bierzo, en el Reyno de Leon”. Pese a los errores en la ortografía, sobra toda explicación. En breve espero que en la revista del Instituto de Estudios Bercianos ( Ponferrada ), se publique un pequeño artículo, sobre este curioso personaje que es interesante sobre todo para Castropodame, pero también para el resto del Bierzo, pues en aquella época los escritores eran escasos.
EL SIGLO XVIII
A lo largo del siglo XVIII, van apareciendo diversos documentos e incluso algunos croquis (muy simples eso si) de esta casa. Vamos por partes.
PRIMERA MITAD DE SIGLO
En los primeros años del siglo XVIII (año 1707), tenemos otros datos de interés sobre este edificio, señalándose entonces que la casa del curato donde vive el cura, tiene alto y bajo, corral, bodega y caballerizas. Se añade que lindaba a todas partes con calles públicas excepto hacia la parte de arriba, donde era limítrofe con las casas de Domingo de la Fuente y Domingo Martinez. Dicho de otro modo que ya en aquella fecha debía ser una casa de cierta importancia y que hacia la parte de la cuesta ya tenía adosadas casas de particulares.
A lo largo de este siglo XVIII, abundan las noticias sobre esta casa. Así en el año 1730 de nuevo aparecen datos. En esta ocasión se señala que “las casas” en que vive el cura, están en el barrio de la iglesia y “se componen de cuartos altos, paneras, bodegas, cocina y caballerizas y pajar de paja cubiertos y la entrada. Solo los cuartos altos se hallan cubiertos de teja”. Se indica que linda todo alrededor con calles del concejo y hacia la cuesta con casas de Diego Martínez, vecino de “esta villa” (Castropodame). Pese a la redacción un tanto confusa (ocurría a menudo), y que he respetado en gran parte; parece deducirse que había dependencias de planta baja con cubierta de paja y además otras de planta superior cubiertas con teja.
SEGUNDA MITAD DE SIGLO. PLANO DE 1752
En el año 1752 se realizó en Castropodame el célebre y conocidísimo Catastro de Ensenada, pero los datos que aporta este sobre esta casa son muy escuetos. Simplemente señala que tiene alto y bajo, que esta cubierta de teja, y que tiene panera y bodega con 4 cubas de 360 cántaros. Sus medidas son 9 por 6 varas lo que no es creíble salvo que se refiera a una sala concreta de la misma. En cuanto a sus linderos señala que al Norte y Oeste limita con calle publica, al Sur con casa de Rosendo Martínez y al Este con una tierra de Pedro Paiero.
No obstante en el año en cuestión se realizó además un nuevo “apeo” (inventario) de bienes de la iglesia (se hacían a menudo); que nos proporciona amplia información sobre esta casa :
“La casa en que al presente vive D. Juan Antonio Merino cura actual de este lugar y en la que siempre han vivido los demás curas que han si de el, está en el barrio de la Iglesia. Se compone de alto, bajo, cubierta de teja, sus salas y corredor y cocina en la alto y en lo bajo la panera, casa de horno y bodega y dentro de ella un casco de cuba de seis ó siete miedros y asimismo tiene la dicha casa pajar y cavallerizas cubiertas de paja. Linda al oriente con casa o corral de Pedro Paiero, al medio dia con casa de Rosendo Martinez vecinos de este lugar y al poniente y norte linda con calle de Concejo, tiene de largo la fachada del norte donde esta la entrada treinta y tres varas y media y de ancho o hueco dentro desde la puerta hacia arriba dieciocho varas. La cuba es del curato”.
He procurado respetar en la medida de lo posible la redacción original, aunque resulte un tanto confusa, para respetar el rigor histórico. En esta ocasión junto al texto figura un pequeño gráfico o croquis muy sencillo, que parece corresponder a la fachada principal (entrada) de la casa. No tiene mucho interés pues es muy simple y por supuesto sin escala alguna. En el mismo figura la puerta, una fachada claramente mas larga que alta y un tejado que la cubre de modo uniforme.
La reciente revisión de la numerosa documentación que sobre Castropodame , se conserva en el Archivo Diocesano de Astorga, permitió descubrir mas datos sobre esta casa y entre ellos una especie de plano (es mas bien un croquis) realizado en el año 1752.Se trata de una vista en planta de esta casa y su entorno diferente del citado anteriormente y mucho mas detallado. Se inserta en los gráficos adjuntos.
Por una parte y en blanco y negro la fotocopia del plano original y por otra, en color una copia (calcada mediante papel transparente) del mismo hecha por mi con el fin de “descifrar” los letreros que figuran en el original. Aunque se trata de letra de muy fácil comprensión para cualquiera que esté acostumbrado a leer documentos antiguos, no lo es tanto para los demás.
Aunque “una imagen vale mas que mil palabras”,señalo que en tal croquis aparecen indicados los puntos cardinales, la puerta y ventanas de la casa, la calle Principal de Castropodame (aún se llama así) y los espacios colindantes. Aparece la casa de Rosendo Martinez que está justamente donde hay se halla la del Sr. Antonio Mansilla y además con la puerta en similar posición. A partir de aquí comenzaba ya entonces la cuesta (“cuesta y falda de la sierra”). En el resto de ese lado y parte del oriental había una especie patio ó huerto en forma de L y tras el y también en forma de L la casa de un tal Pedro Paiero. A continuación de esta y hasta la calle principal había un pajar que era de varios. Es evidente que actualmente donde se hallaba este pajar, lo que hay es un espacio ocupado por un huerto. También parte del espacio ocupado en su día por la casa de Pedro Paiero, es hoy huerto. Asimismo está claro que parte del terreno ocupado entonces por la casa de este individuo es hoy un simple patio o zona de paso, con salida al este, a diferencia de lo que en 1752 ocurría.
Al Este del pajar y de la casa de Pedro Paiero, debía haber terreno publico, muy al contrario de lo que ocurre hoy día. Esto debía ser así porque la casa del Sr. Manuel Fajardo ( la que en el siglo XX fue del Sr. Pedro Mansilla y que aún tiene el escudo de los Fajardo); estaba en aquella época rodeada por todas partes por calles públicas. Por ultimo aparece en este plano un dato un tanto curioso, referente al espacio de terreno en forma de L entre la casa de Pedro Paiero y la del cura. El texto dice exactamente: “huerta y Pared que se dice de Pedro Paiero con que hace suio Un sitio que expresan los anteriores apeos por publico”.
He respetado casi al pie de la letra el texto original, donde el escribano insinúa que el tal Pedro Paiero, se había adueñado “por el morro” de un terreno público. Hay ciertos problemas que se repiten una y otra vez a lo largo de la historia. No obstante esa era sólo la opinión del escribano de turno y en todo caso por si alguien “piensa cosas raras”, hay que señalar que desde 1752 hasta la actualidad la titularidad o la propiedad legal de los terrenos ha experimentado, tantos cambios que seguirlos con detalle es poco menos que imposible. Por ultimo y respecto a este plano hay que tener en cuenta que no consta en modo alguno que esté hecho a escala, si bien a partir del otro documento ya citado del año 1752 cabe deducir que la casa del cura tenía 28 m. de larga por 15 de fondo, medido por el interior. Una vara son 0,8359 m. Estos datos luego los volveremos a recordar.
AÑOS FINALES DEL SIGLO
Los curas de entonces eran muy cuidadosos con el mantenimiento de los bienes a su cargo y cada cierto tiempo ordenaban hacer inventario de los mismos y por cierto para la época bastante detallados. Así en el año 1780 y siendo cura Manuel Caminero ,se solicitó la realización de un nuevo inventario de bienes de la iglesia porque “hacía unos 20 años que no se hacía”.
Tras las formalidades de rigor se paso a describir entre otros, esta casa perteneciente a los bienes de la iglesia parroquial,(había además bienes de ermitas, cofradías, capellanías,…) y se dice que en la misma vive “al presente” D. Manuel Caminero y que en ella han vivido siempre los demás curas. La casa esta en el barrio de la iglesia y tiene alto y bajo, estando cubierta de teja y losa. Tenía además corredores, cocina en lo alto y horno en lo bajo, bodega y otras varias oficinas que con fundamento ha hecho “este cura”, como son un cuarto nuevo sobre las puertas principales de la casa que sirve de panera, un portal para recoger leña y otras oficinas nuevas y necesarias para la debida comodidad que hacían mucha falta. Cita además las paneras del trigo, una “zaurda” para lechones, un gallinero,…..y por si fuese poco otras obras en la bodega porque una cuba de 6 miedros que tenía estaba “inútil”. Por lo que a los linderos respecta se dice que al Mediodía (es decir hacia la cuesta), lindaba con casas caídas del Conde de Toreno (es decir las que fueron de Rosendo Martínez), al Oriente con la casa de Gregorio Panizo y al Norte y Poniente con calle pública.
Este cura en su declaración “no se cortó ni un pelo” a la hora de señalar el esfuerzo que había hecho para “aumento de la rectoría y bien de sus sucesores”, acondicionando esta casa. Además ya en las primeras páginas del libro de inventarios, había hecho una descripción muy detallada de las obras que tuvo que hacer en esta casa, citando muchas de sus dependencias y señalando en concreto obras efectuadas en la pared oriental de la casa (contigua a la casa y corral de Gregorio Panizo), las obras en la esquina del Poniente y en el balcón, afirmando que gastó de su bolsillo mas de 400 ducados. Por si no quedase claro todo su esfuerzo insertó en el libro de apeos (inventarios) los gastos de modo muy detallado. Sabemos así que en las obras trabajaron un tal Enrrique Valiño, maestro de cantería gallego, Francisco Verdura maestro cantero de Calamocos y Marcos González maestro cantero de Castropodame. Se detallan las cuantías de los portes, jornales y materiales (piedra, barro, madera, cal, arena,…), utilizados y en definitiva se da una extensa relación de cuentas.
La única pega que yo revisándolas encuentro es un pequeño detalle. La suma total de las cantidades expuestas arroja la cifra de 3.208 reales, pero en el documento la cifra que se pone es de 4.208 reales. ¿Se equivocó el que hizo las cuentas? Quizá, pero es que hay otro error mas ya que un ducado son 11 reales y por tanto aún suponiendo que fuesen 4.208 reales, no llegarían a la cifra de 400 ducados, cifra esta que el cura dijo haber gastado y aún superado. Habrá pues que llamar de nuevo a cuentas al cura, para que las revise.
SIGLOS XIX y XX. EL PUNTO FINAL
Cuando el cura D. Manuel Caminero hacía obras y solicitaba inventarios de bienes de la iglesia, en Francia se estaban gestando las ideas que darían al traste con lo que durante siglos significó la Iglesia en la vida del pueblo. Los Apeos del año 1780 deben ser los últimos que se hicieron buscando la conservación de los bienes eclesiásticos.
En los años finales del siglo XVIII y comienzos del XIX el llamado Antiguo Régimen comenzó a desmoronarse. No lo hizo de modo brusco, pero aunque la balanza unas veces estaba del lado de la Iglesia (y de la Religión ) y otras en contra el resultado final no ofrece la mas mínima duda: pérdida enorme del peso y la influencia de la Iglesia en la sociedad.
Aunque no conocemos datos de esta casa durante el siglo XIX, todo parece indicar que el aspecto que adquirió cuando el cura Manuel Caminero vivió, se conservaron hasta la última etapa de su existencia. Luego justificaré esta suposición.
En el siglo XX, aún era una casa de las mas significativas del pueblo y quizá la primera en la que se pudo ver la televisión. No obstante en este siglo (y a pesar del franquismo), la progresiva pérdida de la influencia de la Religión Cristiana en la vida del pueblo, ha sido imparable. Un punto significativo en esta línea descendente, se alcanzó cuando D. Aurelio Vázquez Barrios (cura que aún recordamos muchos de los presentes) abandonó su cargo y se fue a vivir fuera del pueblo. Era el año 1973 y a partir de entonces la casa ya no estuvo habitada como lo había estado durante siglos. Poco a poco comenzó su deterioro, que en el año 1988 ya era evidente.
Fue entonces cuando se hizo (lo hice yo), un plano detallado de las plantas superior e inferior de la histórica casa, pero ya no era con el fin de conservar los bienes de la iglesia; si no con vistas a cierto proyecto que entonces estaba en estudio. Tuve que utilizar un teodolito porque la enorme casa tenía “bastantes recovecos”, pero al final levanté unos planos que sin duda deben ser los mas detallados que se han hecho en toda su historia. En el libro sobre la Historia de Castropodame, se pueden contemplar. Corresponden a ambas plantas así como a un alzado de la fachada principal. Esos planos han servido para constatar que las medidas de la casa 28 m. de fachada y 15 de fondo coincidían con los del documento del año 1752. Por cierto en el libro sobre la Historia de Castropodame; en el texto y por error (no sólo se equivocan los curas); señalo una longitud de 18 metros, pero es evidente que son 28 como por otra parte se puede comprobar por los planos que llevan-como debe ser- escala gráfica para evitar los errores de las ampliaciones o reducciones de los originales. Debería haber tomado abundantes fotos del edificio, pero entonces no estaba claro que el edifico se fuese a demoler por completo.
En todo caso hoy disponemos de un buen edificio que hemos de agradecer a todos aquellos (alcaldes, concejales y demás) que lo han hecho posible. El futuro como siempre es indeterminado. Yo seguiré hurgando en el Archivo Diocesano de Astorga, de donde he sacada la mayor parte de los datos históricos sobre esta casa, para conocer mas detalles sobre su historia.
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Plano (croquis) de la Casa del Cura del año 1752, el primero es un calco mejorado del original, que es la siguiente imagen.
Pulsando sobre ellas las podrás ver más amplias.
Plano original 1752
Castropodame ,12 de enero de 2.011
Rogelio Meléndez Tercero